¿Qué se entiende por una buena estrategia de branding corporativo?

Las marcas necesitan posicionarse en el mercado pero también en la mente de los consumidores. Conseguir una identificación y asociación positiva es complicado pero si se hace, el éxito de una marca está asegurado. Realizar este proceso está estrechamente relacionado con el tipo de marketing que se ponga en práctica, y sobre todo de la estrategia de branding corporativo escogida. Pero, ¿cuál es la mejor estrategia a seguir? Desde luego, no existe una receta mágica que asegure el éxito en la comunicación de marca de una empresa.

¿Qué es el branding corporativo?

El branding corporativo podría identificarse como la gestión estratégica y/o creativa del conjunto de activos tangibles e intangibles que crean la identidad de una marca para dotarlos de coherencia, y que sean atractivos y distintivos para los clientes y aporten un valor diferencial a los inversores . De la propia definición de branding corporativo, se pueden destacar dos conclusiones:

  1. El éxito de una estrategia de branding y de comunicación de marca no depende de un factor o dos en concreto, sino que está estrechamente ligado a un conjunto de acciones que actúan como un todo.
  2. La receta para conseguir un óptimo resultado no existe, ya que se pueden utilizar multitud de estrategias para conseguirlo (mediante la polémica o la creatividad). Es decir, no importan los medios, sino el fin.

La columna vertebral del branding corporativo

A pesar de las dificultades que puede ocasionar el alcanzar una buena reputación social y comercial en un mercado tan competitivo como el actual, existen tres pasos que toda estrategia de branding corporativo debe realizar para alcanzar el éxito . Tal y como se ha comentado anteriormente, las formas para alcanzar esa reputación en la identidad de los usuarios son diversas. Pero a pesar de ello, toda estrategia de branding y marketing corporativo debe constar de una columna vertebral básica. Es la siguiente:

  1. Es necesario diferenciarse: si lo pensamos detenidamente, ¿por qué un cliente debería escogernos a nosotros y no a otro comercio o empresa que ofrece exactamente lo mismo? Para conseguirlo, debemos desmarcarnos de la competencia aportando un valor añadido a lo que se ofrece. Por ejemplo, una peluquería podría cerrar sus puertas más tarde que el resto con el objetivo de atender a todas las personas que, por horario laboral, no pueden acudir a cortarse el pelo entre semana.
  2. Conoce a tu público objetivo: diseñar un producto o servicio eficaz y apetecible es un primer paso para conseguir posicionarse en el mercado. Pero con eso no basta, ya que es necesario saber llegar a los usuarios finales a los que debemos dirigirnos. Realizar estudios de mercado encaminados a conocer las características, preferencias y gustos de los potenciales clientes nos hará llegar a ellos de forma más eficaz y efectiva.
  3. Desarrollar una personalidad: es necesario desarrollar una identidad diferenciadora de la competencia, tanto visual como verbal (logo, eslogan, copys…). Y sobre todo, basarse en los hechos, y no en las palabras. No basta con decir que “somos los más rápidos en realizar un envío”, hay que demostrarlo. Esa será la mejor carta de presentación en el largo plazo.

La imagen de una marca, por lo tanto, depende de muchos factores. Sin duda, posicionarse correctamente en el ideario de las personas conseguirá que una marca se convierta en referente. Si eso ocurre, el éxito está asegurado. El branding corporativo es la forma de conseguirlo, aunque como se ha visto, los caminos para lograrlo son diversos. ¿Cuál es el tuyo?